Inefable (Relato original)
Pensando y pensando en que podía escribir referido al manga o anime en relación al horror ya que estamos en el mes de Halloween, me puse a revolver viejos escritos y entre ellos encontré uno que si bien no tiene relación muy directa con la temática de este blog, me pareció buena idea compartirlo justamente hoy. Este es un pequeño relato que escribí en 2019 como parte de una tarea para la clase de psicología en la facultad.
La consigna en si no la recuerdo del todo, pero era básicamente elegir una imagen de todas las que había traído la profesora en recortes de diarios y revistas y en base a esa imagen elegida escribir un relato, lo que quisiéramos. Aún recuerdo la cara de mis compañeros cuando tuve que leer el mío, se quedaron con cara de "Uhh este en cualquier momento nos mata a todos" jajaja.
Lamentablemente no tengo la imagen que elegí, pero recuerdo bien como era. Era de una banda (vaya a saber uno que banda era jajaja) dando un show en vivo. Así que antes de leer el relato, imagínense a una banda, la que mas les guste o invéntenla en sus cabezas. Y ya con eso en mente los invito a leerlo y recuerden que no soy escritor, solo fue algo que salió de mi mente para una tarea.
INEFABLE
… Y entonces la banda tocó su última canción y el concierto fue un éxito. Lo habían logrado, las caras de satisfacción de los músicos dejaban en claro que lo habían conseguido, su sueño de ser la banda número uno… O al menos eso me gustaría decir que sucedió. La foto que ven fue tomada solo unos momentos antes de que eso sucediera. Aquello… Aquello no tuvo sentido ni lógica alguna. Así que será difícil de explicar, pero lo intentare. Si es cierto que el show estaba siendo un éxito y el rostro de satisfacción tanto de los músicos como del público denotaba que todos lo estaban disfrutando. Quien diría que en unos instantes esos rostros pasarían de la felicidad al horror y locura absoluta.
Mientras la ultima canción era interpretada por la banda, poco a poco esta fue cambiando. Algo no estaba bien, algo era… Diferente. Esta comenzó a sonar extraño. Al principio parecía simplemente que tanto el cantante como el resto de los músicos estaban cometiendo errores mientras tocaban o quizás perdiendo el ritmo. Por lo que era lógico esperarse que los fanáticos, quienes estaban saltando tan alegres con los brazos en alto, poco a poco se fuesen deteniendo hasta quedarse quietos, inmóviles. Eso es lo que parecía que sucedía, pero no era así. Si eso hubiese sido lo que pasaba, los músicos se hubiesen detenido y el público los hubiese comenzado a abuchear. Pero nada de esto pasó. Al contrario, estos siguieron tocando, siguieron y siguieron. Así fue como poco a poco aquella canción que parecía estar siendo interpretada erróneamente, hizo ver que no era así, sino que pasó a convertirse en una extraña melodía. Tan extraña y oscura que no parecía ser de este mundo sino del mismo infierno.
Mientras sonaba cada vez más y más fuerte, el ambiente se tornaba más oscuro. Apenas se vislumbraban las siluetas del público y en el escenario, se podía ver a duras penas a los músicos que seguían tocando. Pero a pesar de la falta de luz, se podía ver la sonrisa siniestra que esbozaba el cantante mientras cantaba aquella horrenda canción en un idioma jamás antes escuchado. Al mismo tiempo, los anteriormente felices y exaltados fanáticos, es decir, el público, aún inmóviles, repetían en murmullos la letra de esta horrible melodía. Sin embargo esto duró solo unos instantes ya que la canción no se detenía, al contrario, tomaba cada vez más fuerza, creando un ambiente de ansiedad y locura. Los fanáticos comenzaron a matarse entre sí. Una escena salida de la peor de las pesadillas. Se arrancaban los ojos los unos a los otros y a sí mismos. Rompían sus huesos y se mutilaban los cuerpos mientras gritaban o mas bien podría decirse que eran alaridos distorsionados de personas que habían perdido la razón completamente. Todo esto al compás de la más oscura y horrenda melodía jamás creada. Eso es todo lo que se sabe de esa horrible noche.
Al día siguiente las autoridades no encontraron nada, ni a los músicos o sus instrumentos. Y lo que es peor, tampoco estaban todos los cuerpos de aquellos fanáticos que horas atrás habían estado masacrándose los unos a los otros como animales carentes de razón, hipnotizados por aquella inentendible y oscura melodía. Solo encontraron a una persona, una sola persona del público. Estaba inconsciente y bañado en sangre al igual que todo el lugar. En sus manos sostenía su cámara fotográfica. De esta cámara fue de donde se tomó la foto que vieron, esta persona fue quien la tomo. Las autoridades lo despertaron para que les explique que había sucedido, ya que habían sido enviados a inspeccionar el lugar por reiteradas llamadas de familiares de personas del público que los reportaron como desaparecidos y que alegaban que lo último que supieron de estas es que iban a asistir a este concierto, pero nunca regresaron a casa. Cuando esta persona intentó explicar lo que sucedió, el horror que vivió, no le creyeron nada. Era algo de esperarse, nadie que no haya estado esa noche lo creería. Incluso él mismo pensó que no lo creería si no lo hubiese vivido. Por ser la única persona en el lugar de los hechos y parecer no estar en sí mismo, se lo terminó declarando culpable de la muerte de todas esas personas y declarado mentalmente inestable. Fue condenado a cadena perpetua y recluido en el pabellón para los asesinos con algún trastorno mental.
Hasta ahora sólo yo sabía la verdad de lo sucedido aquella noche, que esa persona no era el culpable de esas muertes y desapariciones. Ahora ustedes también lo saben, que fue aquella extraña canción, esa melodía del horror interpretada por esos músicos de los cuales nunca se volvió a saber nada. Pero al igual que las autoridades y el resto de las personas, probablemente no crean nada de todo lo que acabo de contarles.
¿Qué cómo sé todo esto? ¿Y cómo estoy tan seguro? Eso es porque yo soy aquella persona del público, aquel que vivió el horror de esa noche y fue condenado por todo lo que pasó. Soy aquel que desde entonces vive atormentado por esa melodía de ultratumba que resuena en mi cabeza una y otra vez. La razón de escribir esto es porque he decidido rendirme, si saben a lo que me refiero. Ya no puedo soportar la agonía de escuchar ese canto en mi cabeza y revivir esa noche en forma de pesadillas cada noche al irme a dormir, aunque la verdad ya ni siquiera duermo. Por eso quiero dejar esta última constancia de lo sucedido antes de… Bueno, ustedes ya saben. Me despido, al caer la noche resuena más fuerte en mi cabeza. Aquí viene de nuevo.
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